Cuentos de Prudencia

Cuentos infantiles con la prudencia como principal valor humano. Cuentos de prudencia para los niños. Cuentos de prudencia infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de prudencia a los niños. Cuentos de prudencia que estimularán el lado más prudente de los niños.

Cuentos de Prudencia:

LA TORTUGA MOTORISTA

En un lugar de una gran ciudad costera, había una playa enorme donde las tortugas llegaban para criar a sus hijos recién nacidos. En ese lugar fue donde nació Julieta, la tortuga protagonista de este cuento.

Julieta, cuando era una tortuga bebé, se pasaba todo el día junto a su madre, para estar protegida y que no le pasara nada.

Cuentos infantiles - La tortuga motorista

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LOS NIÑOS Y LA PISCINA

Érase una vez un campamento de verano al que acudían muchos niños y niñas de hasta 10 años.

En este campamento había una piscina muy grande para que los niños pudieran disfrutar de baños refrescantes en el agua, ya que hacía mucho calor.

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Los niños solían jugar y saltar cerca del borde de la piscina, y esto era algo que a la señora piscina le molestaba mucho.

Un día, la señora piscina se cansó, y decidió asustar a los niños para que Sigue leyendo

LA ARDILLA Y EL FUEGO DEL BOSQUE

Había una vez, una joven ardilla llamada Tic, que vivía en una casa de madera, en lo alto de un árbol en medio de un bosque.

El bosque en el que vivía la ardilla Tic, era un lugar precioso. Aquel bosque, estaba lleno de vegetación por todas partes, había árboles y arbustos de todos los tamaños. Todo ello, era posible gracias al río que atravesaba el bosque, y que llenaba de vida ese lugar, pues como bien sabía la ardilla Tic, el agua es vida.

 

Cuentos infantiles - La Ardilla y el fuego del bosque

Un día, cuando Tic se encontraba descansando en su casa del árbol, unos gritos que provenían del interior del bosque, la despertaron. Así que salió a curiosear…

Tic iba saltando de un árbol a otro, para darse más prisa y llegar antes al sitio de donde provenían esos gritos. Cuando la ardilla llegó, se encontró con un grupo de personas, que estaban haciendo fuego en el suelo para hacer una barbacoa.

La ardilla se asustó muchísimo, pues sabía que justamente hoy, que comenzaba el verano, no estaba permitido hacer fuego en el bosque, por el gran peligro que existía de provocar un incendio.

Así que sin perder un momento, se dirigió a la casa del guardabosques para intentar, de alguna forma, avisarle de que el bosque se encontraba en peligro.

Cuando Tic llegó a la caseta del guardabosques, que se encontraba durmiendo, se coló dentro de la caseta por un pequeño agujero que había en el suelo, y encendió la televisión para que viera por la cámara de seguridad, que un grupo de gente, estaba haciendo fuego en el bosque. Justo antes de salir de la caseta, la ardilla Tic le lanzó una tapa de un boli, y salió corriendo para conseguir despertar al guardabosques y que viera lo que estaba sucediendo.

De repente, el guardabosques se despertó y Sigue leyendo

EL CANGREJO MORENITO

Érase una vez un cangrejo que vivía en una playa del sur de España. El resto de cangrejos le llamaban Croqui, porque le gustaba mucho rebozarse en la arena y ponerse como una croqueta.

 

Cuentos cortos - El Cangrejo morenito

A Croqui le gustaba mucho la luz del sol, y cuando llegaba el verano se volvía loco por coger el mejor sitio de la playa para tomar el sol.

Siempre estaba muy moreno, pero nunca hacía caso de las recomendaciones de los cangrejos más mayores.

Los cangrejos adultos le decían que se pusiera crema protectora, para evitar las quemaduras que el sol le podían provocar en su caparazón, pero él decía que eso no le iba a hacer daño.

Un día de verano, con un sol espléndido, estaba Croqui tomando el sol, cuando de repente empezó a oler a quemado. «¿Qué es lo que estarán quemando?«, pensó.

Hasta que se dio cuenta de que estaba saliendo humo de una de sus patas, y que se estaba chamuscando. Así que, corrió y corrió para meterse en el agua a refrescarse.

Después de salir del agua, Croqui observó las quemaduras que tenía en la pata, y se dio cuenta de que si hubiera hecho caso a los cangrejos más mayores, no se hubiera quemado.

Croqui aprendió que, el sol en la playa, hay que tomarlo con protección. Además, cada vez que nos bañamos tenemos que volver a echarnos crema, para que no nos pase como a Croqui el cangrejo morenito.

FIN

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PEPI, EL PEPINO ESPAÑOL

Érase una vez, un pepino llamado Pepi que había nacido en una de las maravillosas huertas del sur de España.

El pepino Pepi, acababa de ser recogido por el hortelano de la huerta. Pepi, había estado durante varios días en aquella tierra, concretamente desde que era pequeño y tan solo era una pequeña semilla, hasta hoy, que le habían recogido.

Cuentos-cortos-Pepi-el-pepino-espanol

 

Después de una revisión minuciosa, de cada uno de los pepinos de las huertas de toda España, los clasifican y los envasan para su posterior distribución. Así es como, Pepi y sus amigos los pepinos, llegarían a los mercados y a las casas de las personas.

Pepi, el pepino, junto con el resto de pepinos de su huerta, fueron colocados en cajas por el hortelano, y metidos en un camión frigorífico para transportarlos a Alemania, pues les gustaban mucho los pepinos españoles.

Cuando los pepinos llegaron a Alemania, el camionero Juan los descargó en el almacén que tenían preparado los alemanes para guardar las verduras. Pero de repente, Pepi sintió que algo le había picado pero no pudo ver quién había sido…

Al día siguiente, Pepi y sus amigos tenían que pasar por una habitación para comprobar la calidad de los pepinos. Pero de repente, un hombre con cara muy seria, vio a Pepi, lo estuvo observando durante unos minutos, y dijo: «este pepino está contaminado, no se puede comer«.

Al otro lado de la ventana, estaba riéndose sin parar, el mosquito que había en el almacén de verduras alemán, que era el mismo que había picado a Pepi.

En ese momento, Pepi se dio cuenta que aquel mosquito, era el culpable de todo lo que había sucedido. Sin emargo, el comprador de pepinos Sigue leyendo