Había una vez, una joven ardilla llamada Tic, que vivía en una casa de madera, en lo alto de un árbol en medio de un bosque.
El bosque en el que vivía la ardilla Tic, era un lugar precioso. Aquel bosque, estaba lleno de vegetación por todas partes, había árboles y arbustos de todos los tamaños. Todo ello, era posible gracias al río que atravesaba el bosque, y que llenaba de vida ese lugar, pues como bien sabía la ardilla Tic, el agua es vida.
Un día, cuando Tic se encontraba descansando en su casa del árbol, unos gritos que provenían del interior del bosque, la despertaron. Así que salió a curiosear…
Tic iba saltando de un árbol a otro, para darse más prisa y llegar antes al sitio de donde provenían esos gritos. Cuando la ardilla llegó, se encontró con un grupo de personas, que estaban haciendo fuego en el suelo para hacer una barbacoa.
La ardilla se asustó muchísimo, pues sabía que justamente hoy, que comenzaba el verano, no estaba permitido hacer fuego en el bosque, por el gran peligro que existía de provocar un incendio.
Así que sin perder un momento, se dirigió a la casa del guardabosques para intentar, de alguna forma, avisarle de que el bosque se encontraba en peligro.
Cuando Tic llegó a la caseta del guardabosques, que se encontraba durmiendo, se coló dentro de la caseta por un pequeño agujero que había en el suelo, y encendió la televisión para que viera por la cámara de seguridad, que un grupo de gente, estaba haciendo fuego en el bosque. Justo antes de salir de la caseta, la ardilla Tic le lanzó una tapa de un boli, y salió corriendo para conseguir despertar al guardabosques y que viera lo que estaba sucediendo.
De repente, el guardabosques se despertó y Sigue leyendo →