En el reino de los fantasmas, no había nadie mejor que su rey, el rey Fantasmón.
Todos los fantasmas del reino creían en él como si no hubiera nada más en el mundo. Para todos, era el fantasma más sabio, guapo y bueno.
Todos los días, el rey Fantasmón era ayudado a hacer sus tareas por fantasmas voluntarios, que se iban turnando día tras día.
Todos formaban parte de su corte real, y cuando no le ayudaban unos, lo hacían otros, para que Fantasmón nunca tuviera que hacer nada sólo.
Un día, todos los fantasmas decidieron, que Fantasmón les enseñara cómo hacía él para asustar a sus víctimas por las noches.
Fantasmón no sabia hacer nada si no le ayudaban, así que para no defraudar al resto, dijo que no podía enseñarles porque estaba muy cansado.
Otro día, le pidieron que les enseñara a vestirse con esas sabanas y esas cadenas que le quedaban tan bien… pero Sigue leyendo