Érase una vez un niño, que desde muy pequeño se había sentido que era inferior al resto de los niños de su clase, pues sacaba peores notas y además, se reían de él porque era algo torpe, este niño era Pablo.
Había veces en las que Pablo se caía o tropezaba cuando estaba jugando al fútbol, y los niños de su equipo siempre le decían: «Pablo, eres muy torpe.»
A Pablo, escuchar ese tipo de frases de sus amigos, no le venía nada bien, pues cada vez más pensaba que era el peor de todos, y cualquier cosa que decía, se reían de él, lo que provocaba que se enfadase y se pusiera a la defensiva ante cualquier cosa que le dijeran.
Pablo era un niño muy especial, era muy inteligente, educado y le gustaba relacionarse con los demás. Sin embargo, según iba cumpliendo años, no le gustaba que otras personas quedaran por encima de él, ya que entonces, se sentía mal consigo mismo.
Pero un día, Pablo conoció a una niña de 15 años que le gustaba mucho, Alba, y empezaron a salir juntos. Otro día, cuando estaban estudiando en la biblioteca del colegio, Pablo tenía una duda con un ejercicio de matemáticas, así que le preguntó: «Alba, ¿sabes de dónde sale este número?«.
Alba contestó: «Sí, claro que se de dónde sale, pero es muy fácil Pablo, ¿no sabes cómo es?«.
Pablo empezó a sentir ese complejo de inferioridad y se puso a la defensiva, y le dijo: Sigue leyendo