Cuento Infantil para niños y niñas
Érase una vez, una calabaza que vivía en el campo, entre otras muchas calabazas cultivadas por el señor campesino.
Nuestra protagonista se llamaba Ruperta, y era la más pequeña de todas las calabazas del huerto.
Por esa razón, un día, el señor campesino la recogió del suelo y la tiró a la basura diciendo: «Menuda calabaza más pequeña, no me sirve para nada«.
Ruperta no podía creer que la estuvieran separando del resto de calabazas, y se puso muy furiosa… Tan furiosa se puso, que empezó a ensanchársele la cabeza, luego el pequeño tallo que llevaba encima de la cabeza, y por último, empezó a agrietársele la cara, hasta que le aparecieron algunas cicatrices… Sigue leyendo