Érase una vez un príncipe llamado Txopi, muy apuesto, que quería llegar a ser rey de una lejana tierra de montañas y cuevas.
Su padre, desgraciadamente, había muerto, y el puesto de rey lo ocupaba ahora su tío, ya que en la familia pensaban que Txopi no estaba preparado para ser rey, porque no era suficientemente valiente.
Esto le molestaba mucho a Txopi, y él estaba convencido de que era valiente, pero no había tenido oportunidad de demostrarlo.
Un día, Txopi se enteró de que la mayor parte de los hombres adultos de la provincia, iban a ir en busca de un monstruo que estaba atacando sus casas por las noches.
En aquella tierra de montañas existía un tipo de monstruo muy famoso y raro, llamado Cuajambiri.
El Cuajambiri tenía tres ojos, gruñía tan fuerte que se le escuchaba a kilómetros, y se le caía la baba.
Txopi siguió con sigilo a estos hombres que iban en busca del Cuajambiri, y llegó a la cueva donde se alojaba el monstruo. Txopi se escondió detrás de una piedra para que el resto de hombres no le vieran, ya que era el príncipe y en seguida le reconocerían.
Mientras el grupo de hombres discutían sobre el plan para dar caza al Cuajambiri, Txopi se adentró sin que éstos se dieran cuenta, y empezó a buscar al Cuajambiri.
Cuando lo encontró, Txopi se abalanzó sobre sus piernas para inmovilizarlo, y Sigue leyendo