¿QUÉ ES LA DISCIPLINA POSITIVA?
La disciplina positiva surge como alternativa eficaz y esperanzadora, a la disciplina tradicional donde el castigo o la permisividad en sus extremos, son las dos opciones más utilizadas por los padres, que muchas veces rendidos por el cansancio diario y la monotonía de la rutina, no se paran a pensar si intentar dialogar con los hijos es mejor que aplicar un castigo o dejar que los niños hagan lo que quieran.
Llegado este punto la DISCIPLINA POSITIVA se convierte en la mejor forma de educar a los hijos, con paciencia, respeto, confianza y colaboración.
Dicha disciplina trata de crear el camino hacia la mejor educación de los más pequeños, llegando a profundizar en su autonomía y responsabilidad, educando niños con alta autoestima y fomentando el desarrollo de su personalidad acorde a la edad y a las necesidades del niño.
MODUS OPERANDI DE LA DISCIPLINA POSITIVA
Los niños tienen que saber que todos sus actos acarrean unas determinadas consecuencias, de las que se deben hacer responsables y maduros, con el objetivo último del desarrollo de su responsabilidad y autodisciplina.
De esta manera, la disciplina positiva requiere un paso más al castigo de una mala conducta, implicando a padres e hijos en el aprendizaje de la identificación de conductas que generen habilidades para solucionar problemas.
Existe una guía por parte de los padres hacia los hijos, para comenzar el camino de la disciplina positiva de la mejor forma posible:
- Es importante partir de la comprensión del niño, analizar porqué se comporta de esa manera, que siente y qué piensa, y cuáles son sus pensamientos acerca de su actuación.
- La autoreflexión sobre la conducta realizada debe ser conjunta entre padres e hijos, así se ayudará al niño a pensar con mayor claridad, y a no hacerle caer en el miedo a no actuar.
- Poner límites y normas es fundamental para educar a los niños, y siempre deben estar acompañadas de cariño, comprensión y disciplina.
- Buscar conjuntamente las consecuencias de una conducta mal ejecutada, es un paso importante para que el niño entienda el fundamento de la educación. El diálogo comprensivo puede esclarecer mucho más un problema, que un castigo mal instaurado.
- El ejemplo que los niños reciben de los padres es el mayor aprendizaje que los niños realizan dentro de su educación.
Estos son los ingredientes para aplicar una buena disciplina positiva, donde los niños aprenden que lo que hacen tienen consecuencias, que les implican directamente en su propio proceso de aprendizaje, responsable y reflexivo, y donde se hacen conscientes de que sus padres están en todo momento apoyándoles y alentándoles para seguir aprendiendo.
TÉCNICAS DE DISCIPLINA POSITIVA
Algunas de las técnicas que se suelen emplear para aplicar la disciplina positiva son las siguientes:
- Los elogios a las acciones que los niños realizan correctamente, son una forma de reforzar conductas que se quieren repetir, les llena de orgullo y confianza darse cuenta de que las cosas que hacen bien, son aplaudidas por sus modelos de aprendizaje, y esto hace que sean las conductas que repitan.
- Las normas rutinarias que los niños saben que deben cumplir, evitan conductas no deseables, como por ejemplo, si llegan a casa y saben que tienen que quitarse el abrigo y los zapatos y ponerlos en su sitio, les hace entender que si un día llegan y lo tiran al suelo, están actuando mal y obtendrán unas consecuencias que no les gustan, por lo que aprenderán a hacerlo bien siempre.
- Tablas de recompensas, en las que se refuerza una determinada cantidad de acciones realizadas correctamente, de forma que si no se obtiene un mínimo de fichas, gomets o similares, el premio elegido desde el principio de la semana, no se obtendrá al final de ésta.
- Tiempo fuera o silla de pensar: esta técnica es ideal para niños con edades comprendidas entre los 3 y los 5 años, donde el niño aprenderá que al actuar de manera inadecuada, será excluido y alejado de aquellas actividades y compañía de las que suele disfrutar. Hay que apartar al niño del ambiente donde más le gusta estar.
- La mejor técnica de disciplina positiva es el ejemplo que los padres den a sus hijos. Los niños imitan todas aquellas acciones que les llaman la atención cuando ven que no existen otras alternativas, por lo que los padres deben preocuparse por actuar con coherencia entre lo que hacen y lo que dicen, sin elevar el tono de voz, ni decir palabras malsonantes, así como no realizar gestos violentos o inapropiados.
Los niños estarán deseosos de hacer las cosas bien siempre, ya que habrán aprendido que ser responsable, tener la autoestima alta y confiar en sí mismos, es un trabajo que merece la pena realizar desde muy pequeños, y donde las consecuencias de sus acciones las eligen ellos mismos, comportándose como se comportan, siendo esta la base de la autodisciplina.
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