Que las mamás y papás tienen el deber de educar a sus hijos desde sus hogares parece algo muy obvio y razonable, pero hay veces que los padres necesitamos que nos ayuden en esta labor, a veces compleja, por eso necesitamos aprender ciertas pautas para que la educación que ofrecemos a nuestros hijos en el hogar sea la correcta, y tengan consecuencias positivas.
Como es un tema que a muchos padres os interesa, hoy escribimos este artículo sobre la educación de los niños en los hogares.
Vamos a contar a los papás y mamás, lo importante que es reforzar la educación formal de los niños en el hogar.
¿Qué significa educar en el hogar?
La educación en el hogar quiere decir la labor que los padres hacen desde casa, tanto como apoyo y seguimiento de la labor docente de los profesores en la escuela, como las enseñanzas que como familia se transmiten en la convivencia diaria entre padres e hijos, respecto a valores, vivencias y modales.
La labor docente que realizan los profesores, como profesionales de la educación formal, es una tarea complicada, que requiere de mucha tenacidad y paciencia por su parte, pero que por otro lado es su misión realizar de la manera más eficaz posible.
En edades tempranas, lo que los maestros enseñan a sus alumnos, son hábitos, costumbres, y poco a poco, cuando los niños ya están familiarizados con la nueva etapa a la que se enfrentan para el resto de su vida de estudiante, el colegio, se comienzan con los contenidos básicos de lectura, escritura, matemáticas y lenguaje.
Esa base bien sólida será imprescindible que se afiance correctamente, con el fin de asegurar un aprendizaje coherente y certero para el futuro del niño.
En edades más avanzadas, las enseñanzas se materializan en asignaturas concretas y específicas de cultura general, y conocimientos más elaborados que posteriormente volverán a especificarse en carreras determinadas, dónde se da respuesta a la pregunta que todos los niños reciben cuando son pequeños:
«¿Qué quieres ser de mayor?».
No obstante, en la escuela no sólo se trabajan contenidos y conocimientos, también las premisas de las familias van inherentes en la educación escolar, y es necesario que sea así, para que la coherencia y la relación familia-escuela sea agradable y resulte eficiente.
Por otro lado, la educación que los padres otorgan a sus hijos desde casa, se consolida con el trabajo diario de las emociones, los valores y las vivencias. Donde cada rutina es aprendizaje, y cada berrinche del niño es un nuevo reto para los padres, por lograr el objetivo de la educación familiar.
Esta educación y sus formadores, los padres, es una de las más controvertidas del mundo de la educación, ya que cada familia tiene su propia escala de valores, sus rutinas establecidas y su termómetro emocional, de forma que no existirán errores en su aprendizaje, sino mejoras y distintas maneras de ver un mismo hecho, incluso dentro de la misma familia.
Para unificar estos detalles, y que todos los miembros de las familias que educan de esta forma obtengan sus propios beneficios, se tiene que partir de la base de la tolerancia y la flexibilidad en el hogar, de manera que aunque haya dos miembros de la misma familia que piensen diferente, no sea un motivo de ruptura familiar, y que tampoco al compartir esas opiniones diversas con el resto de la sociedad, se convierta en una discusión sin sentido.
La tolerancia es la base mundial de las relaciones sociales, y desde la familia, en primer lugar, tanto como desde la escuela, se debe trabajar con constancia y energía, para conseguir desarrollar ese nivel de tolerancia mínimo para que la convivencia familiar y escolar sea lo más positiva y eficaz posible.
Esperamos que este artículo te haya resultado interesante, y puedas poner en práctica estos consejos.
Anímate y deja un comentario más abajo, cuéntanos tu experiencia en la educación en el hogar de tus hijos. ¡Gracias!
Comparte este artículo sobre educación con tus amigos en Facebook, Twitter, Google+, Pinterest,… o por Email, con los botones que puedes ver justo debajo. Gracias.