Cuentos infantiles escritos por: Ana Barchukderodriguez
En las ruinas de san Ignacio, donde vive este lagarto, su familia, y sus vecinos. Justo a la hora de la siesta, cuando el sol como caldera del diablo calienta misiones y la sed se adueña de muchos animales. Algunos van hacia el río Paraná, otros al arroyo Yabebiry, y unos pocos a los bebederos de las gallinas en las casas vecinas, para calmar su sed.
Nuestro personaje debe cruzar la ruta 12 con la necesidad de beber. Y charlar con sus amigos, en el complejo Jesuita, cerca del cementerio.
Don lagarto mira hacia un lado y hacia el otro, como no viene ningún auto, atraviesa la carretera y sigue por el costado del asfalto hasta llegar al pedregal, ya dentro del complejo, donde están los reptiles al sol.
– Tengo mucha sed – dice al llegar antes de saludar.
Los lagartos soleándose apenas lo miran. Y uno de nombre Bruno, a quién le corresponde en amistad, le saluda y esto hace que entre a la cuenta de que no había saludado y sin esperar…
– Buenas tardes amigos y familiares. Está lindo el sol. Me alegra verlos gozando de este reconfortante tiempo naranja –.
Los demás lagartos responden al saludo y siguen al sol sin moverse mucho.
– Tengo sed – agrega Ronco, que así se llama nuestro personaje. Sigue leyendo