En todos los lugares del mundo se utilizan las bolsas de plástico para llevar de la mano cosas tan cotidianas como el pan, la compra del supermercado, ropa, juguetes y muchísimas cosas más.
Pero Papé, el protagonista de este cuento, no era una bolsa de plástico como todas las demás, sino que era una bolsa de papel reciclado muy especial. Papé, tenía una ilusión por cumplir…
Papé sabía que en todo el mundo había millones de bolsas de plástico que tras su uso, eran abandonadas por las personas y terminaban flotando en mares y océanos, contaminando sus aguas y causando daños a los seres vivos que vivían cerca.
Así que Papé, no quería que las cosas siguieran igual, por lo que ideó un plan para poner fin al abandono de las bolsas de plástico. Un día fue a visitar un gran supermercado en el que siempre había bolsas de plástico, y fue a hablar con el encargado.
«Hola señor encargado, mi nombre es Papé, como puede ver soy una bolsa de papel, y quería proponerle un plan para evitar la utilización de las bolsas de plástico en las compras«, le dijo Papé.
«¿Qué dice, se ha vuelto loco? ¿dónde llevará la gente entonces la compra?«, le respondió asombrado el encargado del supermercado.
«Pues muy fácil, mi plan consiste en sustituir las actuales bolsas de plásticos, por bolsas como yo, de papel, pues no somos contaminantes. Además, también le propongo otra cosa, y es reutilizar las bolsas tanto de plástico como las de papel«, le dijo Papé con voz entusiasmada.
«Pues no es mala idea, pero ¿por qué es mejor utilizar bolsas de papel y reutilizarlas?«, preguntó el encargado interesado por lo que estaba escuchando. Sigue leyendo