Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo llamado Cuatro casas, vivía un autobús rojo que se encargaba de llevar a los niños al colegio.
Normalmente, el autobús paraba en la plaza del pueblo y allí recogía a los niños, para llevarlos al pueblo que había a unos pocos kilómetros, pues en Cuatro casas no había ningún colegio.
Cada viaje costaba noventa y nueve céntimos, pero un día el autobús rojo, decidió que ya no iba a cobrarles nada por llevarles al colegio, pues muchos de los padres no tenían trabajo, y les costaba mucho ahorrar, y pensó que sería una buena manera de ayudarles.
El autobús rojo, estaba encantado de hacer viajes con los niños, pero pasados unos meses, las ruedas del autobús rojo estaban tan desgastadas que ya no podía casi ni circular y le costaba mucho moverse. Sigue leyendo