Cuentos de Comida

EL DOMINGO DE LA TORTILLA EN LA PLAYA

Érase una vez, una tortilla llamada Pati, que iba todos los domingos a la playa metida en un «taper», o en una bolsa de congelados.

Pati estaba harta de que, siempre, en verano, cuando iba a la playa, se ponía perdida de arena, sobretodo cuando hacía mucho viento.

Cuentos cortos - El domingo de la tortilla en la playa

Ni «tapers», ni bolsas, nada podía hacer que no le entrara arena de la playa.

La tortilla solía ir a la playa con su amigo el pimiento, que también opinaba lo mismo sobre la playa, ¡era un asco para ellos!

Un día, una niña se dio cuenta que la tortilla y el pimiento Sigue leyendo

PEPI, EL PEPINO ESPAÑOL

Érase una vez, un pepino llamado Pepi que había nacido en una de las maravillosas huertas del sur de España.

El pepino Pepi, acababa de ser recogido por el hortelano de la huerta. Pepi, había estado durante varios días en aquella tierra, concretamente desde que era pequeño y tan solo era una pequeña semilla, hasta hoy, que le habían recogido.

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Después de una revisión minuciosa, de cada uno de los pepinos de las huertas de toda España, los clasifican y los envasan para su posterior distribución. Así es como, Pepi y sus amigos los pepinos, llegarían a los mercados y a las casas de las personas.

Pepi, el pepino, junto con el resto de pepinos de su huerta, fueron colocados en cajas por el hortelano, y metidos en un camión frigorífico para transportarlos a Alemania, pues les gustaban mucho los pepinos españoles.

Cuando los pepinos llegaron a Alemania, el camionero Juan los descargó en el almacén que tenían preparado los alemanes para guardar las verduras. Pero de repente, Pepi sintió que algo le había picado pero no pudo ver quién había sido…

Al día siguiente, Pepi y sus amigos tenían que pasar por una habitación para comprobar la calidad de los pepinos. Pero de repente, un hombre con cara muy seria, vio a Pepi, lo estuvo observando durante unos minutos, y dijo: «este pepino está contaminado, no se puede comer«.

Al otro lado de la ventana, estaba riéndose sin parar, el mosquito que había en el almacén de verduras alemán, que era el mismo que había picado a Pepi.

En ese momento, Pepi se dio cuenta que aquel mosquito, era el culpable de todo lo que había sucedido. Sin emargo, el comprador de pepinos Sigue leyendo

EL NIÑO DE LAS HAMBURGUESAS

Érase una vez, un niño llamado Paquito de 13 años, al que le gustaba mucho comer hamburguesas con patatas fritas, en restaurantes de comida rápida. Todas las semanas, Paquito y un amigo suyo, Daniel, quedaban para ir juntos a comer a un McDonalds que había en el barrio, una súper hamburguesa con patatas fritas y un refresco.

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Tanto le gustaban las hamburguesas a Paquito, que durante la semana, no podía parar de pensar en la hamburguesa que se comería el próximo domingo, con su amigo Daniel. Es más, de tanto pensar, un día tuvo un sueño con una hamburguesa

En el sueño de Paquito, aparecía una hamburguesa recién hecha, con el queso gratinándose, y que le decía:»come hamburguesas, estamos riquísimas!!«. Entonces, Paquito cogía a las dos hamburguesas enormes que habían aparecido en su sueño, y se las comía de un bocado. Pero de repente, empezó a sentirse mal, pues había comido demasiado y le dolía la tripa.

El niño, justo antes de despertar de aquel sueño, se miró al espejo y vio que le había salido una barriga tan grande como la de Santa Claus, entonces gritó: «¡¡nooooo!!«.

Entonces, Paquito se despertó sobresaltado de aquel sueño que estaba teniendo y se fue corriendo a mirarse la tripa al espejo del baño. Por suerte, todo había sido un sueño.

Al día siguiente, como todos los domingos, Paquito y Daniel habían quedado en el banco del parque para ir a comer una hamburguesa al McDonalds, pero hoy iba a ocurrir algo inesperado.

Justo cuando estaban a punto de entrar en el local, Paquito se detuvo en la puerta y dijo: «Daniel, yo hoy no quiero comer una hamburguesa, Sigue leyendo