Manolito era un niño muy peculiar, que vivía en el centro de Madrid, junto a la Plaza Mayor. Manolito tenía 7 años y si había algo en el mundo que detestaba con todas sus ganas, eran las clases de gimnasia del colegio.
A Manolito no le gustaba nada hacer deporte, pero nada nada… hasta intentaba engañar a su madre, diciéndole que se encontraba mal, para no ir al colegio los días que tenía gimnasia. Pero su madre ya lo conocía muy bien…
Su madre estaba preocupada por él, ya que al no hacer ningún tipo de deporte, Manolito cada día que pasaba, estaba más gordito. Así que decidió ir al colegio para hablar con la profesora de gimnasia.
A la semana siguiente, Manolito, desanimado, se dirigia junto al resto de sus compañeros a la clase de gimnasia, sin saber que algo cambiaría en su vida.
La profe de Manolito, después de hablar con su madre, se dio cuenta que lo que le faltaba a Manolito era una motivación para hacer deporte, así que ideó un plan infalible…
La profe de Gimnasia sabía que a Manolito le encantaban las chocolatinas que le ponían en el comedor del colegio después de la comida, así que le dijo justo antes de empezar la clase:
«Manolito, hoy vamos a hacer un juego muy divertido en la clase, y tú serás el protagonista. El juego consiste en que cada vez que toque el silbato Sigue leyendo →