Decía la leyenda, que hace muchos muchos años, existía un mago que siempre había querido volar como los pájaros y sentir la misma sensación que ellos en el aire. Arión, que así se llamaba el mago, deseaba conseguir algún día, poder llegar a volar, así que todos los días nada más levantarse se ponía a trabajar en su laboratorio buscando la fórmula mágica para volar.
Pero un día, cuando el mago se encontraba haciendo sus experimentos, inventando nuevas pócimas, llegó al laboratorio del mago Arión, su gato Triski, que se puso tan contento de ver al mago, que corrió junto a él, tirando al suelo algunas de las pócimas que había elaborado Arión para conseguir volar.
El mago se enfadó muchísimo con su gato Triski y le dijo: «Gato malo!! no quiero volver a verte nunca más, vete de mi casa!!» Así que con los ojos tristes, Triski se fue a la calle.
El mago Arión, se quedó recogiendo todo el líquido, de las pócimas que se habían caído al suelo y encima de un paraguas antiguo que conservaba el mago desde que era niño, pues fue un regalo de su abuelo. Nuestro mago no podía creerlo, el paraguas se había manchado y se había convertido en un paraguas de colores, y dijo: «Este gato, me ha estropeado el paraguas de mi abuelo, está lleno de manchas de colores!»
Pero de repente, cuando Arión el mago estaba a punto de tirar el paraguas a la basura, lo abrió y vio un montón de luces de colores alrededor de su paraguas, y entonces notó como sus pies no estaban tocando tierra, sino que estaban en el aire.
Cuando el mago Arión vió que el paraguas era mágico y que, gracias a que estaba agarrado a él, estaba volando, grito: «¡¡Estoy volando como los pájaros, por fin!!»
El mago Arión, estuvo volando con el paraguas mágico durante toda la tarde de un lugar para otro, disfrutando como nunca antes lo había hecho, pero cuando estaba volando cerca de su casa, vió a su gato Triski, Sigue leyendo