Cuentos de Imaginación

DRAGO Y SU AMIGO MOQUETE

Érase una vez, un dragón, que fíjate que casualidad que tenía por nombre Drago, y que siempre estaba constipado. Todos los días, cuando se despertaba, se le caía el moquillo y tenía que ir corriendo al cuarto de baño a limpiarse.

Un día por la mañana, el baño estaba ocupado, y Drago esperó y esperó fuera del baño hasta que saliera su padre, pero su padre no salía del cuarto de baño…

Así que el moquete de Drago, se fue haciendo cada vez más grande, hasta que llegó un momento en que tomó vida propia y le dijo a Drago: «Gracias por crearme Drago, te debo la vida!!»

A partir de entonces, Drago le buscó un sitio en su cuarto a su nuevo amigo Moquete, y vivieron juntos hasta que Drago cumplió 18 años y se fue a estudiar fuera de casa.

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Moquete se quedó solo en la habitación, viviendo en la casa de los padres de su viejo amigo, y echaba mucho de menos a DragoSigue leyendo

JAIMITO, EL NIÑO INVENTOR DE PADEL

Érase una vez un niño, que se llamaba Jaimito, y que jugaba mucho al tenis con su padre. Jaimito había aprendido con él, y por eso le gustaba mucho jugar partidos los fines de semana con su padre.

Jaimito nunca se imaginaba que pudiera inventar un deporte nuevo: el Padel.

La pista de tenis a la que iban a jugar era pequeña, y estaba rodeada de paredes para que las pelotas de tenis no se fueran muy lejos.

Jaimito siempre se preocupaba porque las paredes estaban muy cerca de él, y le impedían así poder jugar bien al tenis. Pero su padre le decía: «Jaimito, olvídate de las paredes, y no pongas excusas porque las paredes no estorban!»

Pero un día tras otro, Jaimito iba viendo las paredes más cerca, y le decía a su padre: «Papá, ¿no notas como la pista es cada vez más pequeña

«No, yo no noto nada… Ya empiezas con tus paranoias Jaimito… Venga anda, ponte a jugar y déjate de películas

Jaimito llegó a pensar que estaba alucinando…, pero un día descubrió que tenía razón cuando sucedió algo inesperado. De repente, mientras jugaba al tenis, oyó una voz que le decía: «Jaimito, soy la pared de la pista de tenis..» Entonces se hizo un gran silencio… Sigue leyendo

ADIVINANZAS SOBRE NATURALEZA

Hoy os dejamos unas adivinanzas de naturaleza para los niños más ingeniosos. Estas adivinanzas las podrás compartir con tus hijos, alumnos, nietos, sobrinos, o lo que sea…

En este caso se trata de adivinanzas relacionadas con la naturaleza. Este tipo de adivinanzas están pensadas para que desarrolles tu imaginación y llegues a la solución cada vez más rápido. Aquí tienes 2 adivinanzas infantiles. Inténtalo, prueba tu ingenio!

Salimos cuando anochece,

nos vamos si canta el gallo,

y hay quien dice que nos ve

cuando le pisan un callo.

 

Es una dama muy lenta y se la lleva la tormenta.

Lleva su casa a todos lados, come lechuga pero no helados.

Puede vivir muchos años, sin celebrar su cumpleaños.

 

Esperamos que os hayan gustado estas adivinanzas infantiles, y dejad vuestros comentarios con las soluciones!!

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JUAN, EL DUENDE VERDE

Había una vez un chico llamado Juan y su madre le dijo que fuera a comprar la comida para la cena y se encontró con un hada llamada Lola y le preguntó: ¿Quieres ser un duende para siempre ?

Sí, dijo el niño.

Así que le puso un disfraz verde , un gorro verde y zapatos grandes verdes. Después fue a su casa y su madre le preguntó: «¿que te pasó?»

Soy duende, ¿ no te gusta?. Soy un duende con suerte, te podré cumplir los deseos que quieras.

 FIN

Cuento corto por: María Sol Centurión.

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EL REINO DE SINTA

Sinta era una estrella verde. ¿Te parece raro? ¿Crees acaso que todas las estrellas son blancas? Pues no. Sinta, la más bonita estrella que podrás contemplar jamás, era verde.

Sí, era verde; un verde intenso, maravilloso, inigualable. Jamás podrás contemplar una maravilla semejante. Y… ¿sabes por qué tenía ese color, por qué era tan verde? Porque estaba cubierta, completamente cubierta, de preciosos bosques. Bosques con árboles grandes, muy grandes; altos, muy altos y que, además, tenían una característica especial: ¡eran mágicos! Sí, créeme, los árboles de Sinta eran mágicos. Luego veremos por qué.

En Sinta, además de los árboles, vivían Saro, Jaro y Bara. Saro y Jaro eran hermanos y cuidaban de Bara, la princesa del Reino de Sinta. Bara era muy bonita, tenía un solo ojo, los cabellos verdes, tres orejas, cuatro brazos y cuatro piernas. A ti te parecerá raro, pero para los habitantes de Sinta era la más hermosa de todas. Saro y Jaro la seguían a todas partes pues estaban a su servicio y cuidado.

En Sinta no había ni castillos, ni carreteras. No había coches, ni trenes ni aviones. En Sinta todo era diferente. Todo era mágico.

Bara, la princesa, vivía en un árbol, el más bonito de todos. Saro y Jaro también vivían en un árbol, pero este no era tan bonito.

Cuando la princesa Bara quería ir a ver a su amiga Tora, que vivía lejos, muy lejos, le decía a su árbol: ¡llévame a ver a Tora! Entonces el árbol sacaba las raíces de la tierra y, Sigue leyendo