Había una vez un niño llamado Gustavo, que solía conectarse a internet alguna vez a la semana, para ver qué se contaban sus amigos en las redes sociales.
Un día, mientras estaba navegando por internet, empezó a hablarle, por equivocación, un niño de China.
Gustavo se quedó sorprendido al ver que le escribía un niño con unos rasgos de la cara muy raros, y al que no se le entendía nada…
Gustavo, a pesar de no entender nada de lo que decía, llamó a sus padres para pedirles permiso para hablar con el niño.
Los padres le dijeron que sí, que podía hablar con él, y cogieron unas sillas para sentarse al lado de su hijo y conocer también a aquel misterioso niño Chino.
Los padres le explicaron a Gustavo, que aquel niño era de otro país muy lejano, en el que todas las personas tenían los ojos rasgados y la piel con un tono amarillento, pero por lo demás son igual que el resto de la gente que conocemos.
Gustavo al ver que era un niño como él, empezó a escribirle en español, y le dijo: «No entiendo lo que me escribes, pero te digo Hola por si entiendes el español«.
Pasaron unos segundos, y el niño Chino volvió a escribir, pero esta vez, para sorpresa de todos, Sigue leyendo →