Había una vez, un mono llamado Monki, que vivía en una isla, en gran parte habitada por monos. Los científicos más importantes del planeta, habían deducido que el cambio climático afectaría gravemente a esta isla, inundándola casi por completo.
Así que los monos decidieron hacerse, cada uno, una casa en la parte más alta de la isla, para estar resguardados de las inundaciones, el día que llegara el desastre.
Monki, había hecho los planos de su casa para que resistiera a una gran inundación, y eso requería de piedras de gran tamaño.
Todos los monos hicieron su casa en un día, y después se pusieron a jugar a las cartas disfrutando de sus nuevos hogares.
Además, el resto de monos, se reían de Monki, porque cuando ellos ya tenían su casa construida, Monki sólo había hecho los planos de la suya.
Pero Monki estaba convencido de que su casa iba a resistir cualquier inundación y, aunque tardara mucho más en construirla, podría valer la pena.
Monki trasladaba una gran piedra al día, para construir su casa, por lo que la casa iba tomando forma muy lentamente.
El resto de monos seguían riéndose de él, ya que veían que Monki sólo ponía una piedra al día.
Pero a Monki no le importaba, y seguía subiendo una piedra al día para la construcción de su casa.
Al cabo de unos meses, cuando el resto de monos ya se había cansado de jugar a las cartas, Monki terminó su casa y, Sigue leyendo