María era una niña de 6 años muy responsable e inteligente. A María le gustaba mucho viajar y conocer mundo, por lo que sus padres, de vez en cuando, la llevaban en coche a conocer nuevos paisajes.
Hoy era un día especial, ya que los padres de María se habían comprado un coche nuevo, y decidieron salir al campo a pasar la tarde.
Al ser el coche nuevo, los padres estaban emocionados. Primero condujo un rato la madre de María, y para probar el coche, empezó a acelerar hasta sobrepasar el límite de velocidad permitido en la autopista.
María, que era muy lista, se dio cuenta y le dijo a su madre: «Mamá, ve más despacio porque podemos tener un accidente.»
Pero la madre no le hizo caso y siguió conduciendo rápido, mientras le decía a su hija: «Tranquila Ana, que este coche es muy bueno y no pasará nada«.
Después de un rato, pararon en un área comercial para tomarse un refresco, y después cogió el coche el padre de María.
El padre también aceleró hasta pasar el límite de velocidad, y continuó así un buen rato.
María se hartó y le dijo a su padre: Sigue leyendo